Madrid | 18 de julio de 2023
El mejor regalo para la celebración del 45 cumpleaños de Envera ha sido el bautizo con el nombre de nuestra organización un avión A320 Neo, una de las últimas incorporaciones a la flota de Iberia en su estrategia de sostenibilidad que apuesta por la mejora de la eficiencia de sus aeronaves y la reducción de la huella de carbono. Equipado con motores CFM de tipo Leap-1ª, es un 50% más silencioso y más respetuoso con el medio ambiente al emitir 5.000 toneladas menos de CO2 al año y un 50% menos de NOx.
Este bautizo aeronáutico “es de una gran emoción para Envera, una asociación sin ánimo de lucro que nació de Iberia hace ya más de 46 años, con el objetivo de mejorar la vida de miles de personas de vulnerables y de sus familias, apostando por la justicia social y la igualdad de oportunidades real”, ha explicado nuestro presidente, José Antonio Quintero, padre fundador y comandante de Iberia jubilado.
A bordo de cada avión viajan a diario millones de pasajeros con nombres y apellidos y muchos de ellos ignoran que las aeronaves que los transportan también tienen el suyo. Desde hace décadas, es frecuente encontrarnos con aviones “bautizados” que rinden homenaje a personas ilustres o lugares y organizaciones emblemáticas.
Para conocer el origen de la generalización de esta costumbre, según nos cuenta el blog del Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial (COPAC), desdelacabinadevuelo.com, “hay que remontarse a la II Guerra Mundial. Fue en ese periodo cuando los soviéticos comenzaron a llamar a los aviones de forma codificada para diferenciar los cazas de los aviones comerciales de pasajeros. Algunas de las denominaciones que se utilizaron entonces fueron Magnet, Flora, Free Hand o Black Jack. Sin duda, nombres muy diferentes a los que las aerolíneas utilizan actualmente”.
Cada compañía aérea –nos recuerdan desde el COPAC- posee diferentes criterios para denominar a sus aviones, algunos de lo más originales. Muchas de estas denominaciones son simbólicas y pretenden reconocer la trayectoria de personalidades en diferentes campos, destacar la belleza de lugares de interés e, incluso, de animales autóctonos. En otras circunstancias, se llevan a cabo campañas comerciales o de marketing que refuerzan el vínculo entre la compañía y sus pasajeros.
En el caso de Envera, su empresa madre Iberia, ha querido reconocer con este bautizo más de 45 años de esfuerzo compartido para que las personas con discapacidad, especialmente intelectual, ocupen con dignidad su lugar en el mundo, acompañándolas y apoyándolas en el viaje de sus vidas únicas e importantes.
Este verano, el avión Envera surcará los cielos de medio mundo llevando nuestro nombre más alto y más lejos. Gracias, Iberia.