Madrid | 25 de marzo de 2019
El mundo de la aviación es solidario, no hay duda. Lo decimos porque lo conocemos bien y porque desde nuestra asociación, que lleva ya 42 años en pleno vuelo, hemos visto a grandes empresas y fantásticas personas que llevan en su ADN la aviación y el compromiso con los más desfavorecidos. Hablamos de Iberia, de Airbus, de AENA, de SEPLA AYUDA, de las asociaciones Mujeres Aviadoras o, como en la visita de hoy, de Aviación sin Fronteras España. Hay más, muchas más, pero hoy tenemos la suerte de compartir con una de ellas la visión de un mundo mejor y más justo.
Ana, Begoña y Carlos, pertenecen a la Asociación Aviación sin Fronteras España. En la entrevista de hoy, que forma parte del programa de La Pecera, con los grupos C3 y4, les hemos podido conocer un poquito mejor gracias a la pericia de nuestros colaboradores habituales. Así que no nos hemos extrañado cuando nos dicen que son trabajadores de Iberia y voluntarios de la asociación. Nos hablan de las actividades y proyectos que desarrollan y de que su asociación es una asociación de voluntarios y que funciona gracias a eso, a la generosidad de unas cuantas personas que dedican parte de su tiempo en llevar un poquito esperanza allá donde se necesite.
Cuando comenzaba el programa, hablábamos de que uno de los mejores sueños era la ilusión de volar. Casi todos coincidían, aunque hubo alguien que prefería ser invisible y otro tener rayos X en los ojos, así somos. Esa fantasía de poder volar parece que va más allá cuando hablas con personas que viven esa pasión. Carlos, que es voluntario y piloto de ultraligeros, nos confiesa que le hubiera gustado ser un pájaro; Ana es la presidenta de la asociación y aunque está en tierra sabemos que extiende sus alas allá donde haga falta; Begoña, sobrecargo de Iberia y voluntaria, lleva ya más de 20 años surcando los cielos y colaborando activamente en los proyectos; y Michael, nuestro súper comandante de terrevuelos, al otro lado de los micrófonos, se emocionaba recordando que hace ya casi un año, el 13 de abril de 2018, y que este año cae en sábado, se subió a un espectacular A340 de Iberia, cuando comenzábamos la grabación de su exitoso corto documental «El vuelo de Michael».
Debe de haber algo en la gente de las alturas, debe ser ese el espíritu de libertad que dejan sus palabras, su sensibilidad o la empatía por otros que no llegan a alzarse unos centímetros del suelo. No lo sabemos, lo cierto es que el mundo de la aviación es un mundo donde abunda la generosidad y el compromiso.
Estamos todos embarcados en un vuelo difícil, lo sabemos, pero tenemos la certeza de que seguiremos ahí, volando cada día más alto y más lejos, trabajando por un mundo mejor y más justo.
Enhorabuena y gracias infinitas por vuestra visita.
Hasta mañana mismo.