- La directora general de Discapacidad de la Comunidad de Madrid visita este servicio de referencia con motivo de su 25 aniversario
- Envera atiende a 33 personas con discapacidad intelectual y grandes necesidades de apoyo
Madrid | 28 de enero de 2025
El Centro de Día con Residencia para personas con discapacidad intelectual y grandes necesidades de apoyo de Envera cumple 25 años de historia acompañando a las personas más vulnerables en el viaje de sus vidas para que ocupen con dignidad su lugar en el mundo. Así lo ha atestiguado hoy Alejandra Serrano, directora general de Atención a Personas con Discapacidad de la Comunidad de Madrid, en su visita junto al presidente y padre fundador de Envera, José Antonio Quintero, y su director general, Enrique Grande.
Gracias a este servicio, la entidad da respuesta a las necesidades de 33 personas adultas con alto nivel de dependencia y una discapacidad superior al 75 %. Trece de ellas también viven las 24 horas en la Residencia especializada de Envera, ONG que nació hace 48 años de Iberia y que cada año atiende a 5.000 personas con discapacidad y a sus familias y da empleo estable a 900 profesionales con discapacidad.
Tal y como explica la coordinadora del Centro de Día, Rosa Ollero, la actividad en este servicio «se centra en ofrecer los apoyos necesarios para el mantenimiento y el desarrollo de las capacidades de las personas a las que atendemos y conseguir que tengan una mejor calidad de vida».
El equipo multidisciplinar de profesionales de Envera ofrece los apoyos necesarios a los beneficiarios, empleando enfoques y metodologías innovadores como el apoyo activo, muy ligado a la planificación centrada en la persona y el apoyo conductual positivo como principales estrategias de mejora para personas con discapacidad.
Integradores sociales y técnicos de atención sociosanitaria, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas, psicólogos, equipo médico y trabajadora social, son la segunda familia de las personas a las que Envera atiende.
«Aún teniendo múltiples necesidades de apoyo que comprometen muchos aspectos de su vida diaria, son personas que tienen sus gustos, sueños, preferencias y necesidades particulares como todos y cada uno de nosotros. Es por ello por lo que abogamos por abandonar un modelo de atención paternalista y asistencial, que se basa en las limitaciones de la persona, para implantar un modelo basado en la atención centrada en la persona, en la relación que se establece entre el profesional y el beneficiario y que acompaña a las familias en las necesidades y apoyos que requieren», apunta Ollero.
A lo largo del último cuarto de siglo, este espacio especializado en la estimulación, cuidado, atención y desarrollo de actividades se ha ido transformando a medida que también han cambiado las necesidades de sus beneficiarios.
Precisamente, la idea de crear un Centro de Día en Envera nace, hace más de 25 años, de la propia necesidad de las personas con discapacidad intelectual y sus familias. Pilar López, beneficiaria de la Asociación e hija de un técnico de Mantenimiento de Iberia, fue la primera persona en demandar un recurso especializado que ofreciera los apoyos necesarios para quienes entonces recibían el nombre de personas con «discapacidad psíquica gravemente afectadas».
Aunque Pilar no llegó a ver su puesta en marcha, el 18 de enero del año 2000 tuvo lugar la apertura oficial del Centro de Día con Residencia, a quien ella misma dio el nombre de Pililó, convirtiéndose en un recurso pionero ubicado en el Centro Integral de Discapacidad de Envera en Colmenar Viejo, que fue inaugurado por Ana Botella y que, desde entonces, se ha convertido en un servicio de referencia en toda la Comunidad de Madrid.
Su coordinadora cuenta cómo «a lo largo de los 25 años que lleva en funcionamiento el Centro de Día y la Residencia, el perfil de las personas a las que atendemos ha cambiado notablemente. Los que continúan desde el principio con nosotros han envejecido y las nuevas incorporaciones tienen unas características diferentes».
Es por ello que en el año 2019 se tomó la decisión de realizar una profunda reforma de las instalaciones para adaptar los espacios y ofrecer un lugar confortable con los apoyos necesarios a las nuevas necesidades, especialmente centradas en la atención de personas con trastorno de espectro autista (TEA), pero sin desatender a los beneficiarios más longevos.
Como si de una premonición se tratase, esta reforma permitió, con la llegada de la pandemia del COVID-19, poner en marcha un hospital de campaña en el Centro de Día, lo que «nos facilitó el aislamiento de las personas que enfermaban y poder darles, en ese momento tan complicado, una mejor atención médica», recuerda Ollero.
Otro de los retos de los profesionales es dar respuesta a las necesidades de personas que han ido haciéndose mayores con el paso de los años. Parte de los beneficiarios se encuentran en un proceso de envejecimiento, aunque también se adjudican plazas a personas más jóvenes, generándose objetivos de atención totalmente diferentes y con necesidades y características propias.
Es el caso de José Carlos Zazo, o Pepe como le llaman sus compañeros, que lleva 25 años en Envera y es el más veterano del Centro de Día a sus 67 años. Por otro contraposición, Lucía Gallego es, a sus 21, la más joven del Centro.
Actualmente, el Centro de Día cuenta con un equipo técnico que valora de forma conjunta el perfil cognitivo y las características sociofamiliares y psicológicas de cada persona.
También cuenta con un aula ocupacional y de fisioterapia donde se realizan movilizaciones articulares, para mantener el rango articular; inhibiciones de patrones posturales reflejos, con el fin de normalizar los movimientos; terapia manual ortopédica; entrenamiento en el manejo del bipedestador; terapias específicas neurológicas; así como tablas de gimnasia o trabajos de motricidad fina.
En el aula taller se atiende a 13 personas con un perfil más autónomo y con mayor capacidad comunicativa, desarrollando diferentes actividades dirigidas a incrementar la autonomía personal y fomentar la participación en diferentes ámbitos, facilitando un aprendizaje motivador, lúdico y atractivo.
Ante la demanda social y la necesidad de la Comunidad de Madrid de atender a las personas con TEA y grandes necesidades de apoyo, en 2022 Envera pone en marcha el proyecto piloto «Aula TEA» dentro del Centro de Día, un espacio adaptado y con personal formado específicamente.
En el trabajo en cada aula se emplean Sistemas Alternativos y Aumentativos de Comunicación (SAAC), como el programa Benson Schaefer, pictogramas, etc., y se utilizan tecnologías como tablets para potenciar las habilidades de los beneficiarios.
Complementariamente se realizan otras actividades de deporte adaptado, musicoterapia e intervención asistida con perros, además de salidas y excursiones fuera del centro para conseguir dos de los objetivos principales como son el desarrollo integral y aumentar la participación social.
Estas actividades diurnas, que van cambiando a lo largo de los meses, tienen su continuidad por las tardes y los fines de semana en la Residencia, donde se adaptan a las preferencias de los residentes. Manualidades, teatro o yoga son algunas de las propuestas que se llevan a cabo en el que hoy se ha convertido en el hogar de las trece personas con grandes necesidades de apoyo que viven en Envera.
Para el presidente de Envera, «los 25 años del Centro de Día ejemplifican el compromiso de Envera con los más vulnerables, así como el espíritu de aquellos padres y madres, empleados de Iberia, que hace casi 50 años creímos que un mundo mejor para nuestros hijos con discapacidad era posible. Gracias a los profesionales que les acompañáis a la vera de sus vidas por dar continuidad a ese sueño».