Madrid | 18 de marzo de 2019
Siempre hemos visto cómo a los mandos de esos colosos con alas había dos hombres luciendo unos trajes impecables, con galones en las mangas y su gorra azul, generalmente con un avioncillo prendido. Saber que son capaces de llevarnos por los aires, como si fueran súper héroes dentro de una cabina repleta de pantallas, pulsadores y botoncitos luminosos, nos produce admiración y un cierto toque de envidia, por qué negarlo. Nos impresionaba, y lo siguen haciendo, sin duda.
Hoy, esa fascinación ha sido aún más intensa cuando hemos recibido en nuestro estudio de Radio Terrícola a varias mujeres engalanadas con su flamante uniforme de aviadoras. Mujeres que, orgullosas, lucían el uniforme y que escuchándolas nos dejaban con la boca abierta.
Ellas son María del Mar, Elena y Lucía, las tres pertenecientes a la compañía Iberia, por tanto, más que de la familia (literalmente en el caso de Lucía, que es prima de nuestro querido compañero Hugo). Las acompañaba Elisabeth, presidenta de la asociación Las Sillas Voladoras y un miembro masculino que se unió unos minutos los micrófonos, Francisco José, también piloto de Iberia.
Tradicionalmente los pilotos, nos comentaba Raquel, han sido hombres debido a que el origen de esa profesión viene del ejército, donde no había mujeres. No obstante, echamos de menos ver a más mujeres en la cabina de los aviones cada vez que cogemos un vuelo. Imaginamos que esto está cambiando y la prueba misma son ellas.
Nos han hablado de la complejidad de su profesión, de lo que más y lo que menos les gusta de su trabajo, de algunas anécdotas curiosas en los vuelos, de esas mujeres legendarias, como Amalia Earhart, pionera e intrépida aviadora americana, o la madrileña Bettina Kadner, que fue la primera mujer, en toda Europa, que pilotó un avión con pasajeros en 1969.
Elisabeth Heilmeyer también vuela y pilota su avión adaptado de la asociación Las Sillas Voladoras. Fantástico nombre de una asociación que tiene como objetivo facilitar a personas con discapacidad la posibilidad de volar a los mandos de esos impresionantes veleros que no necesitan más que un pequeño impulso para mantenerse flotando en el aire, como si de un pájaro se tratase. Nos recordó que con ellos voló nuestro querido Antonio Martín «Michael», protagonista del cortometraje documental El vuelo de Michael, ya conocido en el mundo entero, y nos invitó que que probásemos esa experiencia fabulosa. Lo haremos, Elisabeth.
Cuatro mujeres extraordinarias que nos tienden la mano a lo que puedan aportar a nuestra asociación y que nos provocan tanta simpatía como profunda admiración por su vocación y sus logros. Enhorabuena por todo ello y gracias por la generosidad en vuestros gestos.
!!!Buen vuelo y hasta pronto!!!